“Lía: Antares, La Gran Estrella.” V Parte

Siempre observando el mismo color en ese cielo extraño, un color naranja muy pálido que la relajaba y le hacía olvidar tantas cosas. No quería asistir a la reunión, pero en el fondo sabía que debía ir porque desde pequeña había sido criada con un objetivo. Los grupos nacidos en esa fecha estaban destinados a asistir a esas reuniones. Pronto llegaría el día en que pondrían a prueba todo su conocimiento y salvarían, de cierta forma, el lugar donde habían nacido. Por ahora no podía dejar de mirar ese cielo con sólo tres lunas. Siempre le habían dicho que en una época pasada, eran cuatro lunas, pero al pasar del tiempo, una se desintegró, lo cual supuso un cambio climático devastador para la Estrella, y por ésta razón decidieron tomar medidas y preparar a las próximas generaciones para guiarlos y proteger Antares.

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Muchas cosas cambiaron en la Era en que la cuarta Luna desapareció. Había mucho temor al pensar que también desaparecerían las otras tres. La energía lunar siempre ha sido muy importante para el desarrollo de varias civilizaciones de la Estrella a través del tiempo. La pérdida de una sola, significó cambios drásticos en toda una cultura y por supuesto, ella, como joven, también fue afectada por esos cambios.

En su alma siempre ha guardado una justa tristeza por vivir una vida que no esperaba, por asumir una responsabilidad que no le pertenecía. Ella junto con un grupo de jóvenes fueron los elegidos de esa Era, para conseguir fuera de la estrella, lo que muchos no pudieron. Ha sido un camino difícil  pero en cierta forma la resignación y un cierto sentido de justicia por ayudar a su pueblo, le han permitido seguir adelante con mucha firmeza. Aunque en días como éstos se sintiera decaída  ella estaba decidida a seguir con el plan. Un plan que ya generaciones pasadas habían elaborado minuciosamente para ser entregados a las generaciones futuras.

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    – «Serket! No es momento para distracciones! Debes regresar al Ikú*, allá     te esperan, no entiendo qué es lo que tanto ves por esa ventana? ¿En qué piensas?  Acaso…¿ ya no quieres continuar?»

Le hablaban pero ella no escuchaba, por un momento quedó abstraída en tantos pensamientos, era como si no estuviera allí. Pensaba en cómo sería todo si esa Luna no hubiera desaparecido, ¿Cómo habría sido su vida? Era una pregunta que no salía de su cabeza, y en esos momentos le ganaba la nostalgia   Cuando por fin reaccionó vio que su compañero ya estaba casi listo para irse y trató de apurarse para alcanzarlo.

   -» A veces no te entiendo Serkis, a veces es como si te arrepintieras de todo lo que hacemos, llevamos mucho tiempo preparándonos para esto. Ahora apúrate que se nos hace tarde, ya sabes como se pone Omi cuando falta alguno de sus discípulos.»

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*Imagen: Ikú: Nombre propio que se la dan a grandes espacios de forma oval  destinados para el conocimiento, custodiado por los más sabios y ubicados en la parte norte de Antares, en los terrenos más altos.

Desde muy pequeña, Serket o Serkis como le llamaban cariñosamente, ya estaba siendo preparada junto a muchos otros para abandonar la Gran estrella de Antares. Las generaciones más viejas y más sabias, estaban encargadas de guiar a estos grupos preparándoles para insertarlos en una cultura muy distinta y por supuesto con un plan muy específico.

Existían varios grupos pequeños que conformaban al Gran Grupo. Serket estaba en el grupo «Guía». Por su temperamento y sabiduría era perfecta para integrar este pequeño grupo, compuesto por jóvenes sabios capaces de guiar a un gran batallón por los caminos más oscuros, así como de saber inspirarlos para alcanzar la victoria. Habían otros grupos, estaban «los guerreros», que serían los que se enfrentarían directamente a una batalla y estaban compuesto por los seres más altos y más fuertes, así como inteligentes al momento de crear tácticas de guerra. Estaban también los que manejaban los «secretos del tiempo y el espacio» y podían moverse en libertad por diferentes dimensiones, este grupo era muy especial compuesto por seres de menor tamaño, por lo general muy inteligentes y con muchos conocimientos gracias a su habilidad para conocer muchas culturas. Quedaban dos grupos, el de «los sabios Maestros», en el que se encontraban los miembros más viejos y con mayor experiencia para dar consejos, y el grupo de los que “reparaban cosas” Ellos eran así como los Ingenieros, capaces de resolver cualquier problema que se les presentara a una de sus naves o implementos de defensa. Cinco grupos en total de setenta y dos almas cada uno. Trescientos sesenta seres destinados a una misión y por la que estarían preparándose por varias lunas.

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